domingo, 21 de agosto de 2011

Olor a lluvia

Con la luz del sol a través de las nubes y la brisa acariciando las cortinas y las piernas en alto mientras piensas cómo es posible que todos los días no sean así. Viendo "Tienes un email" y pensando porqué no se lo dice y acaban juntos de una vez y preguntándote si tú podrías tener una vida así: una librería, cuzarte con la persona con la que hablas diariamente por email cada día sin ni siquiera darte cuenta de que es a quien le cuentas todas tus preocupaciones y penas y con quien compartes las alegrías.
Es demasiado fantasioso, sacado de una película... Las cosas que se sacan de una película no pueden ser realidad a no ser que hayan pasado antes de hacer la película; en cuyo caso pondría "basada en hechos reales" y pensarías: 'ya le ha pasado a alguien, a mí no me pasará'.
En realidad cada uno tiene su propia película, pero nadie la filma. No, mentira, cada uno la filma y en realidad el protagonista es el cámara.
Lo triste llega cuando te das cuenta de que el portátil te da mucho calor encima de las piernas y al final te sientas en una silla y se acaba la película. Entonces empiezas a pensar que lo que estás escribiendo es algo demasiado ñoño, pero como es algo que piensas y, al fin y al cabo, nadie lo leerá, lo escribes.
Vuelves a la realidad y es cuando te preguntas: "¿Parará de llover?" y ese sentimiento raro pero extrañamente agradable que sentías al repirar el olor a tierra mojada desaparece y quieres que pare de llover y volver a tu vida, que tendrá pequeños altos en el camino como estos en los que estar en pijama, ver una película de amor de hace mil años y que dicha película te haga reflexionar sea tan recomendable como echarte una siesta.

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